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El desafío de Latinoamérica de convertir el caos en sostenibilidad

27/04/2015

Madrid, Barcelona, Santander y Valencia son el modelo de la modernidad que persiguen las ciudades de Puebla, Lima y Concepción en el desarrollo de las infraestructuras urbanas.

 

De la ineficiencia a la sostenibilidad de las infraestructuras urbanas. Este es el objetivo de las grandes ciudades de Latinoamérica. Que un ciudadano no tenga acceso al agua potable, como en Sao Paulo, a zonas verdes de calidad, como en Puebla, a una red wi-fi, como en Guadalajara, o la seguridad de subirse a un autobús urbano -para ir a trabajar- que no tarde más de dos horas en el tráfico es todavía un desafío para la región latinoamericana en un mundo, cada vez, más globalizado.

 

Un desafío que se traduce en serios problemas que se han acentuado en los últimos años debido al crecimiento económico: "Hubo un crecimiento acelerado, pero sin planificación", reconoció el especialista de la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Bouskela, durante la Jornada Empresarial Ciudades Inteligentes en Latinoamérica: oportunidades de colaboración. Como la región tiene más de 600 millones de habitantes, "los obstáculos de movilidad, seguridad, cambio climático y conectividad de banda ancha son mayores", explica . "Además, el 80% de la población vive en las ciudades", recalca.

 

A través de la experiencia de la prestación de servicios de empresas como Deloitte a las ciudades inteligentes españolas -Madrid, Barcelona, Santander y Valencia-, municipios de América Latina como Puebla (México), Concepción (Chile), Lima (Perú) y Medellín (Colombia) pretenden transformar sus debilidades en fortalezas. Pasar del desorden a la modernidad, aprovechando todos los recursos técnicos y financieros de los que carecen.

 

Transformaciones

 

De las 50 ciudades más peligrosas del mundo, 41 están en Latinoamérica. Para erradicar la inseguridad se puso en marcha en la región un sistema de vigilancia en tiempo real. Respecto al transporte, se diseñó un sistema de información tecnológico que permite a los ciudadanos saber las líneas y los horarios de los autobuses. Bouskela lamenta que, "todavía en Brasil, una persona que va a trabajar en autobus no sabe a qué hora ni cuál es la próxima línea en llegar a la parada". Así, la habilidad, los recursos tecnológicos, la eficiencia energética, y la iniciativa económica y empresarial son requisitos imprescindibles para convertirse en una smart city -ciudad inteligente-.

Para transformar una ciudad en smart, la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial moviliza el capital del sector privado para satisfacer la prestación de servicios en el sector público. Además, promueve la innovación a través de la asesoría técnica.

 

En 2014, IFC lanzó un proyecto integral para trabajar con 15 municipios de Latinoamérica. "El objetivo consiste en focalizarse en las grandes ciudades, las que peor gestionan los residuos sólidos, las emisiones de dióxido de carbono y la aglomeración de tráfico", revela el responsable de IFC, Kristian Rada. No obstante, "son las que tienen mayor capacidad de inversión", matiza. La falta de recursos técnicos y financieros son las principales debilidades de Latinoamérica, cuenta Rada.

 

Puebla y Lima

 

En la región existe voluntad política de inversión, pero los medios son escasos: "Muchos alcaldes tienen sueños que no se concretan porque en la práctica no existen recursos suficientes", declara Rada.

Los sueños de Tony Gali y Ada Constantitno, los alcaldes del municipio de Puebla y Lima respectivamente, se hacen realidad. Ambas ciudades representan la modernidad en el desarrollo de las infraestructuras urbanas. Puebla, que inaugurará su modelo en 2016, apuesta por la sostenibilidad. Pero, a diferencia de Madrid o Barcelona, cree en una ciudad inteligente "netamente social". "Puebla no es la excepción de la pobreza en Latinoamérica. Se necesitan mejores alcantarillados, activos de los residuos sólidos y pavimentos", afirma Gali. Para reducir la precariedad, el municipio mexicano construyó en los últimos cuatro años tres hospitales, remodeló 800 escuelas y creó unidades móviles alimentares "con las que se evita construir nuevos comedores".

 

Por su parte, Lima apuesta "por el reciclaje del agua, para regar los parques, y el gas en los buses, para reducir la contaminación visual y sonora", concluye Constantino.

 

Fuente: http://www.expansion.com/latinoamerica/2015/04/26/553d248522601d4d198b456d.html

 

 

 

 

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